La Universidad Católica del Perú nació el 24 de marzo de 1917, fecha de publicación del Decreto Supremo que autorizó su funcionamiento firmado por el presidente José Pardo y Barreda. Fue fundada por el R.P. Jorge Dintilhac SS.CC., e inició sus labores con las facultades de Letras y Jurisprudencia en las instalaciones del Colegio de La Recoleta, ubicado en la Plaza Francia. Se trató de la primera universidad privada del país (la primera, además, con fundamentos religiosos).
Con el fin de darle personalidad jurídica e institucional a esta casa de estudios, se redactó, en 17 capítulos, el primer reglamento interno de la Universidad, aprobado el 29 de septiembre de 1917. En él, se indicaba que el objeto principal de esta novel institución sería “la enseñanza superior de ciencias y letras, siguiendo un criterio católico” y que el órgano principal estaría constituido por un Consejo Superior, integrado por siete miembros –con posibilidad de elevarse a nueve–, de los cuales uno era nombrado por el arzobispo de Lima. Asimismo, se creaba un Consejo de Administración y quedaba fijada la existencia de dos tipos de alumnos: los oficiales y los libres.
Si bien fue creada en marzo de 1917, el funcionamiento de la Facultad de Jurisprudencia (Derecho) se aplazó hasta 1919, año en que se iniciaron las clases con una veintena de alumnos. Su primer decano fue el Dr. Carlos Arenas y Loayza, profesor de Derecho Civil y vicerrector de esta casa por muchos años. El primer decano de Letras fue Raimundo Morales de la Torre, escritor y magistrado limeño que desempeñó este cargo de 1919 a 1934.
La Municipalidad de Lima inició la construcción de una vía que partiría en dos el espacio donde se encontraba la Universidad –en la Plaza Francia–, así que las clases se mudaron a un local en la calle San Marcelo, a escasos metros del anterior, hecho que provocó la renuncia del padre Dintilhac al Rectorado. Como su sucesor fue nombrado el monseñor Pedro Pablo Drinot y Piérola SS.CC., obispo auxiliar de Lima, que se desempeñaba como docente de Derecho Eclesiástico y Apologética.
La frágil salud de Drinot lo obligó a dejar el cargo (fue rector del 24 de junio de 1924 al 8 de enero de 1925), por lo que Dintilhac asumió el cargo nuevamente. Ya con el padre Jorge en el Rectorado, la Universidad volvió a su local original y el proyecto de la Municipalidad de Lima fue paralizado.
En este año terminó el oncenio de Leguía, lo que motivó el regreso al Perú de personalidades hostigadas por la dictadura en años anteriores. Tales fueron los casos de Víctor Andrés Belaunde y José de la Riva-Agüero, brillantes intelectuales que iniciaron su relación con la Universidad Católica del Perú como profesores convocados por el R.P. Jorge Dintilhac SS.CC.
El segundo local de la Universidad Católica fue donado por la Nunciatura Apostólica. Quedaba en la calle Botica de San Pedro, en la cuadra 4 del actual Jr. Miró Quesada. En este lugar, en 1933, se abrió la Facultad de Ingeniería (solo con la Especialidad de Ingeniería Civil) y su primer decano fue Jorge Félix Remy. Paralelamente, se creó la Facultad de Ciencias Políticas y Económicas, a cargo de Víctor Andrés Belaunde, que funcionó hasta 1936.
La creación de la Escuela de Pedagogía, en 1933, materializó una inquietud largamente postergada. Al principio, se centró únicamente en la enseñanza primaria y funcionó con la sección masculina; más tarde, incluyó la sección femenina, y se fusionaron ambas en un solo organismo. En 1936, empezó a funcionar la Sección Superior de Pedagogía (Secundaria), la misma que en 1942 se unió con la Facultad de Letras (Facultad de Letras y Pedagogía). En 1947, se independizó con la fundación de la Facultad de Educación.
El año 1942 es especialmente significativo porque la Universidad cumplió 25 años. El 30 de septiembre de ese año, celebrando las bodas de plata, llegó una feliz noticia desde Roma, enviada por el propio papa Pío XII: se otorga el rango de Pontificia a nuestra institución. De este modo, se convirtió en una persona de derecho eclesiástico, con todos los privilegios que jurídicamente gozan estas instituciones. Esta distinción era un reconocimiento a la brillante trayectoria seguida por la Universidad en su primer cuarto de siglo de vida.
Se promulgó la ley que le otorgaba a la Universidad la categoría de universidad nacional, por lo que la Pontificia Universidad Católica adquirió una mayor independencia. De este modo, si bien entonces los exámenes de ingreso requerían intervención estatal y los planes de estudio debían ser aprobados por el Ministerio de Educación, nuestra Universidad lograba ser autónoma en aspectos académicos, administrativos, económicos y normativos.
El periodo de Rectorado del padre Vargas Ugarte llegó a su término. Como siguiente rector fue nombrado el monseñor Fidel Tubino Mongilardi, abogado y teólogo, quien ejerció el cargo hasta 1962. Los buenos oficios del padre Tubino se hicieron especialmente evidentes al resolver legalmente el problema de la titularidad de la herencia dejada por don José de la Riva-Agüero.
Se suscribió un convenio con los arquitectos asociados Agurto, Cayo y Neira para que elaboraran los planos de la ciudad universitaria y se echó a andar el sueño del campus propio. Este se ubicaría en el Fundo Pando, un terreno de 314 hectáreas ubicado en la periferia del distrito de Magdalena, antiguo patrimonio de don José de la Riva-Agüero.
Se fundó la Federación de Estudiantes (Fepuc), organización que fue reconocida al año siguiente por el Consejo Superior de la Universidad. La PUCP se vinculó a otras casas de estudio, así se unió a redes, como la Organización de Universidades Católicas de América Latina y la Federación Internacional de Universidades Católicas.
Se creó la Escuela de Estudios Religiosos para promover las disciplinas teológicas en la Universidad. Su director fue el padre Ulpiano López, quien incorporó al R.P. Gustavo Gutiérrez O.P., prolífico intelectual en materia teológica que más adelante, en el año 2003, recibiría el Premio Príncipe de Asturias en Comunicación y Humanidades, y, en el 2004, fue distinguido como profesor emérito de la PUCP.
Se empezaron a construir los primeros edificios en el nuevo campus de la Universidad. Hacia finales de la década de 1960, el Fundo Pando solo albergó las áreas de Agronomía, Ingeniería y Ciencias Sociales, acondicionadas en pequeñas casetas que años más tarde, en 1973, serían ocupadas por las oficinas de la administración central.
El Rectorado del R.P. Felipe Mac Gregor, S.J. significó una profunda renovación en la vida de la Pontificia Universidad Católica del Perú. Ya instalada en el campus del Fundo Pando, nuestra casa de estudios se modernizó en aspectos académicos, económicos y administrativos.
La Fundación Ford invirtió una gran suma de dinero para ayudar a implementar un programa de modernización que incluyó cuatro áreas: la revisión de los currículos, métodos de enseñanza y organización académica; el establecimiento de un departamento de Ciencias Básicas; la reorganización de la administración central; y la creación de la Oficina de Promoción y Desarrollo. Dentro de las medidas para mejorar el área académica, se dio especial importancia a la preparación de los profesores, por lo que muchos de los mejores catedráticos fueron enviados al extranjero para obtener maestrías y doctorados, grados académicos que casi no existían en el Perú.
Surgieron las secciones del Programa de Estudios Generales, establecidas para dar una formación de base a los alumnos de la PUCP, que se convertirían, con el paso de los años, en una de las más destacadas características de la educación integral y humanista dada en nuestra Universidad.
El Rectorado del R.P. Felipe Mac Gregor, S.J. llegó a su fin luego de que el gobierno militar de Morales Bermúdez dispusiera la renovación de las autoridades en todas las universidades peruanas. Entonces fue elegido como rector el doctor José Tola Pasquel, destacado hombre de ciencias que se convirtió en el primer rector laico elegido de la PUCP. Bajo su liderazgo, se crearon las especialidades de Arqueología, Geografía, y Bibliotecología y Ciencias de la Información en la Facultad de Letras y Ciencias Humanas.
Se creó la Escuela de Graduados, que tuvo como antecedente al antiguo Programa Académico de Perfeccionamiento, y que nació para responder a las necesidades de actualización y especialización de los profesionales ya graduados.
Durante su gestión se preparó y aprobó el Plan Estratégico Institucional 2007-2010 y durante dicho periodo se crearon importantes unidades, como el Vicerrectorado de Investigación, la Dirección de Comunicación Institucional, la Dirección Académica de Relaciones Institucionales, el Departamento Académico de Psicología, la Dirección de Formación Continua, el Instituto de Radioastronomía y el Instituto Confucio-PUCP.
El Dr. Marcial Rubio Correa fue nombrado rector de la Pontificia Universidad Católica del Perú. Antes de ocupar el cargo, Rubio fue director del Centro de Estudios y Promoción del Desarrollo (Desco) durante el periodo 1989-1993, y fue ministro de Educación en el Gobierno de Transición del presidente Valentín Paniagua, entre noviembre de 2000 y julio de 2001.
Se creó la Facultad de Artes Escénicas a partir de las escuelas de Teatro, Danza y Música de la PUCP.
Una comisión, nombrada por la Santa Sede y el Rectorado de nuestra Universidad, desarrolló un proyecto de reforma del Estatuto de la PUCP luego de varias reuniones de trabajo sostenidas entre junio de 2015 y agosto de 2016. El 14 de octubre del 2016 fue aprobado por la Asamblea Universitaria. Lo ocurrido constituyó un paso fundamental en la normalización de los vínculos de la Universidad con la jerarquía de la Iglesia, y contempló que la PUCP continuara siendo católica y pontificia, y que mantenga sus características y autonomía.